Con la carrera presidencial en marcha, el Gobierno pretende dar señales de competitividad con un listado de candidatos y expresiones de unidad que veremos cuánto duran. En el medio, Sergio Massa descarta cualquier proyección política, justificando que está totalmente ocupado en sus tareas como ministro de Economía. Sin embargo, su nombre sigue siendo el único punto de coincidencia en el movimiento obrero, más concretamente entre los sectores que agrupa la Confederación General del Trabajo (CGT).
La semana que pasó, la dirigencia gremial tuvo días movidos. La anunciada visita de Massa al histórico edificio de Azopardo se postergó. Un vocero cegetista indicó que “a pocos días de la convocatoria del Presidente Alberto Fernández a la Mesa Política del Frente de Todos, nos pareció que no era un buen momento para un encuentro con el ministro, que podría generar distintas lecturas políticas”.
Ahora se anuncia que el encuentro será el jueves 23, pero algunos lo ponen en duda. Fuentes gremiales revelaron a iProfesional que “Massa pretende que estén los tres secretarios Generales de la CGT: Héctor Daer, Carlos Acuña y Pablo Moyano, más algunos de los dirigentes relevantes como Ricardo Pignanelli (Mecánicos, SMATA), Abel Furlán (Metalúrgicos, UOM) y Luis Barrionuevo (Gastronómicos)”. Agregaron que “va a ser complicado… y quizás se vuelva a postergar”.
Apoyo al plan anti-inflacionario: los datos no acompañan
La publicitada reunión tenía como fin una serie de anuncios y el respaldo de la CGT al plan “Precios Justos” para bajar la inflación. El jefe del Palacio de Hacienda proyectaba alinear a los gremios detrás de los “Salarios Justos“, con un aumento anual del 60 por ciento para todo el año con una cláusula de revisión a los seis meses. Desde Economía explican que la idea es “dar previsibilidad a las paritarias e ir bajando el componente de expectativas que tiene hoy la suba de precios”.
En tanto, Daer, Moyano y el jefe del gremio de la Construcción (UOCRA), Gerardo Martínez, rechazaron el techo salarial y recordaron que “cada gremio reclama lo que cree necesario para no perder poder adquisitivo. Como contrapartida, los municipales porteños (SUTECBA) acordaron una suba del 60 por ciento anual y los choferes de colectivos de la UTA un aumento de casi el 30 por ciento semestral.
Los últimos datos del INDEC no fueron alentadores para las proyecciones de Hacienda y golpearon a los sindicalistas. El 6 por ciento de alza inflacionaria de enero y los 163.300 pesos que necesita una familia tipo para no ser pobres amenazan cualquier tipo de pacto salarial que tenga un techo. Y si bien pidieron un compromiso del empresariado en el programa anti-inflación, tampoco confían mucho en sus palabras ni en el poder de fuego del Ejecutivo para llevar adelante los controles.
